Primer periodo de gobierno de Díaz 1876-1880Cuando Porfirio
Díaz comenzó a gobernar no tenía la experiencia necesaria ni tampoco contaba
con una preparación profesional como la de Juárez o Lerdo de Tejada, pues
apenas había cursado la educación primaria. Por si esto fuera poco, los
políticos más experimentados no estaban de acuerdo con él porque eran
seguidores de Lerdo de Tejada y de otros liberales destacados.
. La segunda administración de Porfirio Díaz (1884-88) se
inició en momentos difíciles, no solo desde el punto de vista económico, sino
que también en el aspecto político. Para afrontar lo anterior, se suspendió el
pago de la deuda interna y se reconoció la duda inglesa, al mismo tiempo que se
establecía una política de conciliación con destacados miembros de diferentes
grupos sociales, al igual que con los altos jerarcas eclesiásticos. También en
este periodo se originó la Guerra de Yaqui (1885-1909) en la que los habitantes
de la región lucharon por mantenerse independientes de gobierno de centro;
murió en prisión el ladrón generoso Chucho El Roto (1885); el general Trinidad
García de la Cadena, opositor político de Porfirio Díaz, fue asesinado (1886);
se reformo la constitución para permitir la reelección inmediata (1887);se
empezó a celebrando el año nuevo (1887-88) y perdió la vida el Celebre
bandolero Heráclito Bernal (1888).
. En el tercer periodo presidencial (1888-92),Díaz consolido
su poder con base a los éxitos alcanzados en el segundo: la conservación dela
paz (paz del sepulcro, decían sus opositores) y la conquista de prosperidad,
sin embargo, en los últimos años de este cuatrienio la popularidad del
presiente se vio amenazada por una crisis financiera que puso en peligro la tan
ponderada prosperidad: la pérdida general de las cosechas ocasionadas por las
terribles sequías y la depreciación dela plata en los mercados mundiales,
factores que a su vez generaron la devaluación del peso mexicano (En 1870 el
peso y el dólar se intercambiaba a la par, el 1890 un peso por.87 dólar y el
1894 un peso por.51 dólar).
15. Como consecuencia de los anteriores, el cuarto periodo
de Porfirio Díaz (1892-96) se inició en condiciones de aguda crisis económica
que afectaba directamente a lo social y repercutía en el ámbito político. Por
fortuna, en 1893 José Ives Limantour se hizo cargo de la Secretaría de Hacienda
y logro superar la crisis, circunstancias que favoreció la reelección de
Porfirio Díaz para su quinto periodo presidencial (1896-1900). Limantour
organizaría también el sistema bancario mediante la Ley General de Instituciones
de Crédito 1897.A partir de 1896, la reelección de Díaz fue indefinida; cada
cuatro años hubo elecciones y en cada una de ellas resulto electo "El
Caudillo Necesario”. Con el porfirismo, la economía mexicana entro en la fase
capitalista y sus diferentes áreas de producción fueron incorporadas, en mayor
o menor medida, al sistema económico de los países industrializados.
Porfirio Díaz
el liberalismo planteaba por medio de la democracia la
libertad de los ciudadanos, mediante una base de igualdad, para elegir a sus
gobernantes.
Poco tiempo después de iniciado el primer período de su
gobierno, Díaz cambió el artículo78 de la Constitución Mexicana para que dijera
esto: “El Presidente entrará a ejercer su encargo el 1. de diciembre y durará
en él cuatro años, no pudiendo ser reelecto nuevamente hasta que haya pasado
igual período, después de haber cesado sus funciones”. Aunque al principio
había dicho que no estaba de acuerdo con la reelección presidencial, era claro
que no tenía la intención de dejar el poder. Para poder gobernar Porfirio Díaz
formó su gabinete con algunos políticos destacados, aunque en su mayoría no
tenía experiencia en la administración. Muy pronto empezaron a luchar entre sí
para aumentar su poder e incluso intervinieron en las elecciones de diputados,
senadores y gobernadores para eliminar a todos los que no estuvieran de acuerdo
con ellos y con el presidente.
El crecimiento
económico, trajo el aumentó y embellecimiento de las grandes ciudades, por lo
que en ellas se encontraba la gente rica, sin embargo, la gente en general
seguía en una miseria enorme. Dentro de esta desigualdad se encontraba un
reparto, por un lado, una alta burguesía, las personas de clase media burguesa
cursaban carreras universitarias y se establecían en trabajos de oficina, y en
la base de la sociedad había campesinos, obreros, sirvientes, vendedores
ambulantes, etc.
Todo esto dio pasó a
los altos latifundios de los hacendados, en los que explotaban a los peones.
La política y la forma de gobernar de Porfirio Díaz causó
que la prensa mexicana quisiera criticar al presidente. Pero Porfirio Díaz
mantuvo a la prensa controlada, comprándola con subsidios o bien reprimiéndola.
Pero aun así algunos personajes que denunciaron los abusos porfiristas fueron
Filomeno Mata, Daniel Cabrera entre otras.
Liberalismo-positivismo
México estaba organizado con la forma de república federal
representativa y democrática, que se identificaba con los ideales liberales.
El gobierno de Porfirio Díaz le dio mayor importancia a la
segunda afirmación del liberalismo.
La filosofía que adopto la elite política porfiriana estuvo
apegada al positivismo, corriente propia del liberalismo.
Las ideas del liberalismo-positivismo justificaron el
dominio de la elite, según sus miembros, mexicanos preparados o con educación
podía recaer la responsabilidad de darle al país libertad, orden y progreso. Se
privilegió la educación científica, se desapareció la educación humanística. El
grupo en el poder pensaba que la prosperidad económica solo podía lograrse
dando facilidades a las potencias extranjeras para invertir en México.
La corriente liberal positivista se consolido durante el
porfirismo. El gobierno de Porfirio Díaz estableció la paz en el país y
centralizo el poder político en el Ejecutivo.
El programa liberal sobre tendencia de la tierra colaboro
con mucho a su incremento.
Presidencialismo centralista
En cuestión económica
el liberalismo establecía la libertad de cada individuo al buscar su
prosperidad material.
Comercio las potencias mundiales de la etapa del porfiriato
habían llegado a una nueva etapa del capitalismo: el imperialismo. La llamada
segunda revolución industrial generó un aumento importante en la siderurgia,
los transportes y la electrificación, haciendo más agudas las necesidades de
materias primas industriales, alimentos, carbón y petróleo, mercados para los
nuevos y numerosos productos, así como la salida para los fuertes capitales.
Eso condujo a una nueva división internacional del trabajo. El desarrollo delas
exportaciones mexicanas y el de un mercado interno mexicano estuvieron ligados
estrechamente. Conforme crecían las exportaciones, aumentaba la demanda de los
productos.
Con el progreso del
sistema ferroviario se abarataban los costos del transporte, y esto fue positivo
para el crecimiento de las transacciones interiores. Industria el desarrollo
industrial durante el porfiriato se vio favorecido por varios factores: la
construcción de las vías de ferrocarril, la creación de un mercado interno más
amplio e integrado, el aumento de la población y la inversión extranjera. Hasta
1890 la presencia de grandes compañías extranjeras dotadas de maquinaria y
técnicas de producción y administración modernas le dieron un vigoroso impulso
a la industria. Crecieron en forma importante las industrias textiles, de
calzado, peletera, bebidas, papel, vitivinícola, productora de azúcar y
alimenticia. Experimentaron también un avance importante las industrias
fabricantes de cemento, siderurgia, y química. Debido al crecimiento industrial
en ciudades como México, puebla, Orizaba, monterrey, Guadalajara, se inició
consecuentemente la aparición del proletariado industrial; se integraba por
peones cuya situación era mala: castigos, descuentos, largas jornadas, no
tenían sindicatos, prestaciones ni derechos laborales; al igual que en las
haciendas, existían tiendas de raya en las fábricas. La mayor parte del capital
extranjero invertido en la industria era francés: 53.2% colocado sobre todo en
textiles; le seguían Alemania, los
estados unidos e Inglaterra; sin embargo 0no puede hacerse a un lado la
importancia del capital nacional en la industria.
El positivismo se
convirtió en el fundamento indispensable para orientar la educación hacia el
progreso, sólo así, se pensaba, se cumpliría el ideal liberal de libertad
científica. En diciembre de 1867 el gobierno de Juárez expidió la Ley de
Instrucción Pública, en la que se reglamenta el carácter gratuito y obligatorio
de la enseñanza elemental, con base en la cual se funda la Escuela Nacional
Preparatoria como la institución más representativa de la nueva orientación de
la educación.
No obstante que la ley que decretó la creación de la Escuela
Nacional, sirvió de base para la creación de instituciones similares en las
entidades federativas bajo el nombre de Colegios Civiles; estos Colegios
siguieron la misma orientación positivista de la Escuela Nacional Preparatoria;
por consiguiente, los principios rectores de la instrucción en México partirían
en oposición al dogma, de la observación y la experiencia.
Gabino Barreda consideraba que la educación debía mostrar la
verdad en todos los aspectos, para formar la conducta, logró preferentemente en
la Escuela Nacional Preparatoria donde se enseñaba a los alumnos a observar,
experimentar, razonar sin recurrir a la teología o a la metafísica, tenía el
propósito fundamental de formar la burguesía mexicana (puntual del posterior
Porfiriato) que se constituyó de individuos cuyos conocimientos e ideologías
los hacía de hecho los más viables conductores de la economía del Estado. En
las escuelas del Porfiriato, la variable fundamental para el cumplimiento de
los programas constituía el Maestro.
De acuerdo a los propósitos de los políticos porfirianos, la
inspección y la capacitación de los docentes constituía la garantía del
programa.
En el período de referencia, la creación de escuelas
normales fue producto de los Congresos de Instrucción de 1890, históricamente
la Escuela Normal de Profesores resultó de la conversión de una preparatoria
para mujeres que funcionaba en la capital; en esta misma ciudad en 1887 el
Gobierno Federal inauguró la Escuela Nacional de Profesores. En la fundación de
estas instituciones y de la mayoría del interior de la República, fue clara la
influencia del modelo de escuela normalista norteamericana; tan fue así que los
programas de las escuelas normales eran revisados frecuentemente para
mantenerlos al día con la pedagogía del momento en Europa y Estados Unidos y
para estudiar con mayor detalle los aspectos prácticos de la enseñanza en sí misma.
durante el período de fundación de escuelas normales que abarcó las dos últimas
décadas del siglo de referencia, varios gobiernos estatales enviarían a
maestros mexicanos a perfeccionarse a escuelas normales norteamericanas. Hacia
el final del Porfiriato, algunas escuelas normales contribuyeron en la tarea de
crítica hacia la dictadura.
La Educación Preparatoria: la preparatoria constituyó la
institución ejemplar del Porfiriato que procuró su establecimiento en todos los
Estados, las preparatorias al igual que los liceos mejoraron sus contenidos y
sus instrumentaciones didácticas fundadas en las ciencias físicas y naturales.
La Educación Normal: en el proceso de la fundación de las
escuelas se observó la influencia de las instituciones normalistas
norteamericanas, tanto en su curriculum como en su administración, todo ello en
razón de que los pedagogos mexicanos recibieron importante formación en aquel
país.
El programa del desarrollo de las facultades que se trató de
implantar en México, tropezó además de la insuficiencia de los presupuestos
educativos de algunos Estados, con una realidad de tres siglos de lastre
colonial y con una lealtad de las masas hacia la Iglesia, que se trató de
transformar en lealtad hacia el Estado.
La situación de los Maestros: durante el Porfiriato, los
maestros ocupaban una posición muy contradictoria al interior de la estructura
social; en tanto crecía la demanda de maestros, sus condiciones de trabajo, su
prestigio social y sus salarios permanecían bajos, los maestros que trabajaban
para el gobierno federal percibían mensualmente 50 pesos en tanto que los municipales
ganaban la mitad. Los maestros que percibían los más altos salarios, residían
por lo general en las ciudades más grandes, en contraste con los maestros
rurales, cuyas bajas percepciones se justificaban por el bajo costo de la vida
en las comunidades rurales. Por norma, podría aceptarse que los bajos salarios
se debían a las dificultades de los presupuestos nacional y regional, además de
que todavía la educación pública y la enseñanza no era aceptada como válida por
la sociedad. Realmente en la práctica lo que se pretendió al final del
Porfiriato, y por muy sobradas razones, muchos maestros eran agudos críticos
del régimen y de sus ideólogos, empleando las mismas aulas para difundir los
problemas de los opositores al Porfiriato.
Porfirio Díaz se dedicó a fortalecer el Poder Ejecutivo
sobre los demás poderes, creando un presidencialismo centralista. El presidente
nombraba todos los puestos públicos, los miembros del Poder Legislativo,
Judicial y los gobernantes de los estados. El jefe del Ejecutivo supo rodearse
de los representantes más destacados de los diversos grupos políticos del país,
logrando una mayor estabilidad. Mariano Escobedo, de ideología lerdista, Felipe
Berriozábal y Manuel Dublán son algunos de los que trabajaban para el gobierno
de Díaz, a pesar de las diferencias ideológicas.